Reseña: "Muerte en el Café Gijón", de Ruben Loza Aguerrebere, en el blog El Rincón de Leira



SINOPSIS: En esta sorprendente novela hay un crimen sin móvil, todos los personajes se consideran culpables y hay que descubrir si hay un inocente. A medida que cuentan sus culpas al lector, los personajes van dibujando el retrato de la víctima. Y así se elabora una larga cadena de equívocos, que se entrelazan en el Café Gijón de Madrid (famoso por sus tertulias literarias), en el sur de Francia, en casa del autor de Cyrano de Bergerac, así como en las calles de París y Montevideo.
Cuando la Editorial Funambulista me mandó un e-mail con la presentación de este libro, lo primero que me llamó la atención fue que estuviese ambientado en el mítico Café Gijón. Para todos los que residimos en la bella ciudad asturiana, este café es cuanto menos una especie de embajada en el centro de la capital española. En Gijón, lógicamente hay otro establecimiento con este nombre, que sinceramente tuve que encontrar por obra y gracia del Sr. Google. Prometido, que en cuanto pase por esa calle, hago foto y la subo. 

Para hablaros de esta novela, obligatoriamente tengo que meteros en ambiente, contándoos un poco de la historia de este local. Lo cierto, que el Café Gijón es de esos lugares que todos tenemos la sensación de haber estado alguna vez, ya sea por haberlo visto en TV o haber leído alguna novela ambientada ahí.
 

 

Según encuentro en su página web y en la Wikipedia se encuentra situado en el número 21 del madrileño Paseo de Recoletos, muy cerca de las calles Almirante y Prim, de la Biblioteca Nacional o del Museo Arqueológico (que visité en 6º de la antigua E.G.B y que fue, sin duda, el museo que  más me gustó de Madrid, exceptuando el Prado, que no tiene comparación con ninguno). La terraza se encuentra en el pasillo central de paseo, que cuando hace buen tiempo se convierte en un lujo para todo el que se sienta a tomar algo. No hay que olvidar que las terrazas de Madrid, se convierten en las playas que no tiene cuando llega el verano y hay una gran vida social en ellas. 
 


Y si se llama Gijón es, precisamente porque era la ciudad natal de su fundador, Guillermo Gómez (o García, ya que no está muy claro cual es su apellido). Este asturiano había emigrado a La Habana y con el dinero que ganó ahí compró un pequeño local en el Paseo de Recoletos. Fue inaugurado un día de San Isidro (es decir, un 15 de Mayo) de 1888. Un día muy apropiado, como veis, el del santo más castizo por excelencia.


En esa época había muchos cafés en la capital, todos ellos situados cerca de la Puerta del Sol y mucho más lujosos. Éste sólo tenía una gran vida social en verano, debido a que el Paseo donde se ubica era muy frecuentado durante los meses de calor. Se le consideraba un café de barrio sin más, ya que no era nada elegante. 
Siguiendo con sus comienzos, por ahí pasaban intelectuales de la talla de Ramón y Cajal, Benito Pérez Galdós o Valle-Inclán. Se hablaba de todo un poco: de toros, de política, de actualidad…  Y sin duda, fue el punto de reunión de parte de los escritores de la Generación del 27 y del Garcilasismo

Como tuvo tanto éxito, se amplió el local y según pasaban los años acudían otros intelectuales como Federico García Lorca, Jardiel Poncela o Agustín Foxá. Y, entre los tertulianos más recientes se encontraban Fernando Fernán Gómez, Manuel Alexandre, Paco Umbral o Paco Rabal. Y, por supuesto, Camilo José Cela, cuya novela La Colmena estaba inspirada en el Café Gijón.

 


Hace poco vi un reportaje en Informe Semanal que contaba que peligraba su existencia. El hecho de que ya haya calefacción en las casas (no olvidemos que mucha gente acudía a él guareciéndose del frío madrileño) y las nuevas tecnologías, hacen que este tipo de cafés-tertulias no tengan tanto sentido. Afortunadamente, se mantiene en pie y es de esperar que siga adaptándose a los tiempos.

Y, por supuesto, da nombre a uno de los premios literarios más importantes de nuestras letras. Empezó a concederse en 1949 de la mano de Fernando Fernán Gómez. Durante 1976 y 1982 debido a problemas económicos dejó de concederse. Desde el año 1989 es el propio Ayuntamiento de Gijón quien financia este premio. Entre otros escritores, lo ganaron escritores como Carmen Martín-Gaite o  Luis del Val
Os dejo su página web si queréis más información: http://www.cafegijon.com/. También encontrareis muchos datos en la Wikipedia

RUBEN LOZA AGUERREBERE, EL AUTOR:  
 
La verdad, que no encuentro mucha información sobre este escritor. Parece ser que es colaborador de medios como El País de Uruguay (su país natal) y el ABC de Madrid. Entre los premios literarios que ha recibido se encuentra el Premio Borges o la Medalla de las Artes y las Ciencias de Bilbao.



ARGUMENTO: 


Fernando Vicente es un escritor uruguayo que se encuentra en Madrid para la presentación de su primera obra. Una calurosa tarde de julio acude al Café Gijón para tomar un café. Sorprendentemente, aparece muerto en el baño junto con una pastilla, por lo que todo apunta a que fue un suicidio. 
Por este motivo, todos sus allegados se sienten culpables del final de Fernando: su hermana, su antiguo amor o el crítico de El País Germán Yanke son algunos de los que lo conocieron y por diferentes motivos piensan que son los culpables del trágico final de Fernando. 

OPINION PERSONAL: 

Por el título de Muerte en el Café Gijón todo parece presagiar que nos encontramos ante una novela policiaca en la que hay que averiguar entre sus páginas quién fue el asesino del protagonista.

Sin embargo, el planteamiento es otro muy distinto y es lo que hace que esta obra sea tan original. En realidad, sabemos quién es el culpable desde la página 1. Y bueno, en el argumento que adjunto en mi reseña os digo la esencia del mismo para no meteros spoilers de ningún tipo ni para no desvelar su verdadera estructura, ya que en ella reside la esencia de Muerte en el Café Gijón

Como os decía, el libro empieza con el culpable y entonces estaréis pensando que si se acaba la intriga, dónde está la gracia de la historia. Precisamente en eso: en que no es una novela negra al uso sino que es a través de los “sospechosos” cómo vamos conociendo al protagonista. 
 

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