"La residencia de estudiantes" en El Placer de la Lectura
Yogo Ogawa
es capaz de combinar la sencillez más completa en su escritura, casi
parca, con un desasosiego creciente en cada nueva obra traducida. Funambulista nos ofrece ahora un título completado dos décadas atrás, en 1991, La residencia de estudiantes, escrita con anterioridad a su novela más conocida: La formula preferida del profesor y contemporánea de inquietante El embarazo de mi hermana. Precisamente con esta última guarda relación al mantener el tono de intriga que aquí en La residencia de estudiantes más que tono es un zumbido creciente.
El argumento no puede ser más sencillo para una obra breve que se devora con rapidez. La protagonista es contactada por su primo quien desea alojarse en la misma residencia de estudiantes que tuvo ella en su etapa universitaria. Dirigida por el senshei, la residencia ha adquirido un aire hasta cierto grado decadente, pero céntrica y bucólica a par que económica parece ser una buena opción para la ajustada economía de su pariente.
Éste viaja para inscribirse, pero antes de hacerlo ella recuerda que el senshei tenía un perturbador problema físico, carecía de brazos y sólo tenía una pierna, lo cual no le impedía manejarse con soltura en su mundo.
Una vez alojado, nuestra protagonista -de la que sabemos que su marido está trabajando en Suecia y desea que ella le acompañe- inicia una serie de visitas a la residencia en las que no encuentra por diversas razones nunca a su primo. Mientras, la salud del senshei va deteriorándose y, aquel ruido que ella había comenzado a percibir aumenta su intensidad. LEER MÁS
El argumento no puede ser más sencillo para una obra breve que se devora con rapidez. La protagonista es contactada por su primo quien desea alojarse en la misma residencia de estudiantes que tuvo ella en su etapa universitaria. Dirigida por el senshei, la residencia ha adquirido un aire hasta cierto grado decadente, pero céntrica y bucólica a par que económica parece ser una buena opción para la ajustada economía de su pariente.
Éste viaja para inscribirse, pero antes de hacerlo ella recuerda que el senshei tenía un perturbador problema físico, carecía de brazos y sólo tenía una pierna, lo cual no le impedía manejarse con soltura en su mundo.
Una vez alojado, nuestra protagonista -de la que sabemos que su marido está trabajando en Suecia y desea que ella le acompañe- inicia una serie de visitas a la residencia en las que no encuentra por diversas razones nunca a su primo. Mientras, la salud del senshei va deteriorándose y, aquel ruido que ella había comenzado a percibir aumenta su intensidad. LEER MÁS
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