Reseña sobre "Giovanni Episcopo"

El monologo es un estilo narrativo e interpretativo que puede considerarse de los más complicados para conseguir tanto el interés del público, como el poder crear una obra que a nivel narrativo sea completa.


El autor en esta novela es capaz de entablar una conversación a una sola voz entre el protagonista y cronista de su propia vida con el lector, al que va no solo a contar las vicisitudes que le han llevado a ese momento de la vida, sino que, en este caso va a ser capaz de adelantarse a las propias preguntas que podría hacerle el receptor de la historia. Con esto genera poco más o menos un estilo de conversación bidireccional sin llegar a escuchar en ningún momento al otro interlocutor. La lectura se hace de esta manera casi interactiva con lo que, junto con el tamaño del libro, hace que se devore el libro.

La historia es sencilla y sin ningún argumento más, pero debajo de una lectura simple de lo que se está narrando el autor deja por debajo su propia desilusión hacia la sociedad de la Italia de su época, de lo que él puede considerar la pérdida de valores y de una sociedad en la que no se reconoce. Intenta llevar hasta lo que podríamos considerar para su mentalidad lo más bajo que se puede haber llegado, simulando la sociedad italiana con lo que es capaz de aguantar el protagonista de la historia, dándole como algo natural su intento de liberación llegando a rebelarse, aunque fuera de una manera no premeditada.

La novela nos recuerda al estilo de novelistas rusos de finales del siglo XIX, después de leer la historia de Episcopo la podemos situar en cualquier ciudad rusa, con nombre ruso y como autor cualquier escritor ruso y no desentonaría en su formato a cualquiera de las novelas que nos puedan venir a la cabeza. La decadencia que los autores de finales de ese siglo asumen interiormente lo vierten en sus historias generando un relato lleno de fatalidades y con personajes oscuros y casi sin interés por si mismos, en este caso llega al extremo de ser casi una marioneta no solo en manos de las personas que se pueda ir encontrando, sino de la propia sociedad con la que convive.

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