11ª reseña en Carmen y amig@s

'La fórmula preferida del profesor', de Yoko Ogawa


La formula preferida del profesor es el segundo libro que leo de Yoko Ogawa. Me estrené con esta autora con El embarazo de mi hermana, un libro muy diferente a este pero que me gustó también mucho.
No podía haber escogido Ogawa una historia más sencilla que esta de La fórmula preferida del profesor para contarnos las cosas más complejas. ¿O no son complejas las relaciones personales, el devenir de los afectos?... 
Y así comienza la historia...
"Mi hijo y yo le llamábamos profesor. Y el profesor llamaba a mi hijo "Root", porque su coronilla era tan plana como el signo de la raíz cuadrada."
Nuestra narradora es la asistenta contratada para atender a un viejo profesor en su pequeño y humilde hogar. Ya han pasado otras varias por el puesto pero han aguantado bien poco las peculiaridades, la rarezas del profesor.
Yoko Ogawa
El profesor sufrió un accidente hace tiempo y desde entonces su memoria dura tan solo 80 minutos. Pasado esos minutos, vuelta a empezar de cero. Y los dos, cuyos nombres no llegamos nunca a saber, empiezan a establecer lazos de amistad gracias a la dulzura del profesor y la paciencia de la asistenta.
"En efecto, lo que el profesor decía era cierto. Mi cumpleaños y el reloj del profesor se habían encontrado tras un gran esfuerzo en la inmensidad del mundo de los números. Ambos cuidaban de su relación amistosa, apoyándose por completo el uno en el otro."
Pero no están solo ellos dos. Ella tiene un hijo de 10 años, un hijo que ha tenido siendo muy joven y cuya maternidad ha tenido que asumir en solitario. Y Root acaba pasando las tardes después del colegio en casa del profesor, con este y su madre.
El profesor nos introduce en su mundo de números, de números primos, números amigos, números perfectos, un mundo de números que cobijan, que dan calor, un mundo poético construido por números. Y a través de esos números que acarician, los tres van construyendo la ecuación de sus afectos y acaban formando una pequeña familia.

Marcapáginas 89
"El único número natural que sólo es menos que 1 es el 0. Pese a la existencia del 0, la unidad de las reglas del cálculo no se ve afectada. Más bien, el 0 refuerza aún más su coherencia, hace más sólido su orden. Venga, imagínatelo: un pajarillo está parado en la copa de un árbol. Es un pájaro que canta con voz clara. Tiene el pico precioso y unas alas con dibujos hermosos. Antes de que se nos escape un suspiro de fascinación, el pajarillo sale volando. En la copa, ya no queda ni su sombra. Únicamente las hojas secas estremecidas".
El libro, una delicia de sencillez, emotividad, ternura y humanidad, es una preciosa invitación a vivir el presente, con unos personajes realmente inolvidables. Podría decir que es una lectura altamente recomendable, pero sería una verdad a medias. La fórmula preferida del profesor es una lectura, a mi entender, imprescindible.
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