La novela que hoy presentamos tiene evidentes guiños intertextuales. El primero, sin duda, cervantino. Se nos presenta una ínsula utópica que recuerda al inicio del libro a esa ínsula prometida al bueno de Sancho Panza. Ese lugar perfecto en el que sería feliz. Al igual que con Sancho Panza, o que con la Vetusta, de “La Regenta”; se trata de un lugar imaginario que puede sonar a muchos lugares, como bien explica el autor en el prefacio pero no es ninguno en concreto. Al menos, en teoría. Si avanzan la lectura sacarán sus propias conclusiones. Dicho esto, también tiene mucho el relato de tragicomedia o de ya que arranca siendo ese lugar propicio a las copas, la diversión y la frivolidad y acaba siendo un en el que el miedo, el sufrimiento y la contrariedad están a la orden del día. En definitiva, el libro, al igual que la “Tragicomedia de Calixto y Melibea> nos pone en aviso sobre los peligros del loco amor, sobre lo fácil que es picar un anzuelo y no hace