"Rehenes", de Stafan Heym en Melibro
En plena “moda Heydrich” funambulista edita, por primera vez en España, esta novela de 1942, ambientada en la Checoslovaquia ocupada por la barbarie Nazi
y que guarda bastantes similitudes tanto con el famoso atentado real
como con las obras, ya sean de historia o de ficción, que generó, aunque
con una notable venataja: que “Rehenes” llegó antes que todas ellas.
El propio Heydrich es un personaje secundario y entre todas las obras que se le parecen, se puede mencionar desde la película “Los verdugos también mueren” de Fritz Lang, con historia de Bertolt Brecht, realizada poco después, hasta ese actual bestseller que ha sido un éxito de ventas, “HHhH“, que no se puede comparar, ni por asomo, con la poderosa obra que creó Heym.
En el ilustrativo epílogo, Cristina García-Tornel nos habla del escritor judío nacido en Alemania: Heym fue perseguido por las principales dictaduras del siglo XX. Huyó de su país natal debido a la ascensión de los nazis, combatió a éstos tanto con sus obras como con uniforme en Normandía. Fue perseguido, debido a su socialismo, por el infame senador McCarthy, algo de una crueldad inusitada si se tiene en cuenta lo que hizo por la causa aliada. Y ya vuelto a exiliarse en la RDA, fue uno de los escritores más perseguidos y censurados de ese país, ya que Heym, comprometido con la libertad y con el socialismo de verdad, criticó al régimen totalitario en que se convirtió esa nación, que traicionó todos los ideales y esperanzas que en él estaban puestos.
Y esta defensa de la libertad e suno de los pilares básicos de “Rehenes“, una obra que pone en evidencia la miseria moral de los nazis, lo retorcido y enfermo de sus ideas y que resulta de lo más pertinente hoy día dado el auge que está volviendo a tener la ultraderecha en algunos paises europeos.
En plena guerra, con los alemanes apuntándose una victoria tras otra, Heym fue lo suficientemente lucido para saber profetizar que los nazis, y aqui los Nazis no eran sólo SS o la Gestapo, sino tambiénla cómplice Wehrmacht y todos esos colaboradores autóctonos que tuvieron, sobre todo hombres de negocios de clase alta, iban a perderla víctimas de su propia brutalidad, estupidez, de sus incoherencia infantiles y de su política de terror que acabó generando, muy previsiblemente, el efecto contrario al que buscaba.
En “Rehenes” también aparece el socialimo del autor y hay una cristalina crítica al capitalismo, tan inherente a los nazis, que resulta igualmente de lo más actual.
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El propio Heydrich es un personaje secundario y entre todas las obras que se le parecen, se puede mencionar desde la película “Los verdugos también mueren” de Fritz Lang, con historia de Bertolt Brecht, realizada poco después, hasta ese actual bestseller que ha sido un éxito de ventas, “HHhH“, que no se puede comparar, ni por asomo, con la poderosa obra que creó Heym.
En el ilustrativo epílogo, Cristina García-Tornel nos habla del escritor judío nacido en Alemania: Heym fue perseguido por las principales dictaduras del siglo XX. Huyó de su país natal debido a la ascensión de los nazis, combatió a éstos tanto con sus obras como con uniforme en Normandía. Fue perseguido, debido a su socialismo, por el infame senador McCarthy, algo de una crueldad inusitada si se tiene en cuenta lo que hizo por la causa aliada. Y ya vuelto a exiliarse en la RDA, fue uno de los escritores más perseguidos y censurados de ese país, ya que Heym, comprometido con la libertad y con el socialismo de verdad, criticó al régimen totalitario en que se convirtió esa nación, que traicionó todos los ideales y esperanzas que en él estaban puestos.
Y esta defensa de la libertad e suno de los pilares básicos de “Rehenes“, una obra que pone en evidencia la miseria moral de los nazis, lo retorcido y enfermo de sus ideas y que resulta de lo más pertinente hoy día dado el auge que está volviendo a tener la ultraderecha en algunos paises europeos.
En plena guerra, con los alemanes apuntándose una victoria tras otra, Heym fue lo suficientemente lucido para saber profetizar que los nazis, y aqui los Nazis no eran sólo SS o la Gestapo, sino tambiénla cómplice Wehrmacht y todos esos colaboradores autóctonos que tuvieron, sobre todo hombres de negocios de clase alta, iban a perderla víctimas de su propia brutalidad, estupidez, de sus incoherencia infantiles y de su política de terror que acabó generando, muy previsiblemente, el efecto contrario al que buscaba.
En “Rehenes” también aparece el socialimo del autor y hay una cristalina crítica al capitalismo, tan inherente a los nazis, que resulta igualmente de lo más actual.
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