"Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible" de Constance de Salm en el blog de Isi
Una pequeñita novela espistolar -ficticia- con la que he disfrutado muchísimo.
La protagonista es una mujer viuda, con una gran fortuna, que tiene
un amante y, pese a estar ambos locos el uno por el otro, no pueden
hacer pública su relación por ciertos asuntos de imagen, que son su
tormento más íntimo. Pues bien; todo comienza cuando ella le ve subirse
en el carruaje de otra mujer a la salida de la Ópera. Ya en su casa es
presa de la desesperación por lo que ha visto y también porque no recibe
la misiva diaria de su amante, así que comienza a escribirle una serie
de cartas en la que le cuenta lo mal que se siente ante esa situación…
¿Por qué se ha ido con otra cuando tantas veces se han jurado amor
eterno?
Son las cartas lo que nosotros leemos, totalmente unilaterales, que comienzan bien entrada la noche después de la Ópera y en la que la protagonista hace un despliegue literario de sentimientos. Se siente traicionada y sus más profundos temores se hacen realidad conforme pasan las horas, llega el día, y sigue sin saber nada del amante que, al parecer, ha pasado la noche con la otra. Os imagináis los celos… Y a Charles llevando las misivas a la residencia del muchacho con cara de circunstancia…
Entre reproches, brotes de delirio y momentos en los que piensa que seguro que todo tiene una explicación, van pasando las horas y nuestra protagonista sigue pegada al papel y a la pluma para dar parte a su amante de las locuras que esta situación le ha obligado a hacer. Y es que cuando los momentos lúcidos la abandonan, la pobre se deja llevar por sus arrebatos de celos y… digamos que todo le lleva a la deshonra. Copio una frase de la sinopsis de la novela que me ha encantado: “la narradora pasa por todas las etapas del calvario”. Tal cual. LEER MÁS
La importancia de hacer una buena combinación entre merienda y lectura
Son las cartas lo que nosotros leemos, totalmente unilaterales, que comienzan bien entrada la noche después de la Ópera y en la que la protagonista hace un despliegue literario de sentimientos. Se siente traicionada y sus más profundos temores se hacen realidad conforme pasan las horas, llega el día, y sigue sin saber nada del amante que, al parecer, ha pasado la noche con la otra. Os imagináis los celos… Y a Charles llevando las misivas a la residencia del muchacho con cara de circunstancia…
Entre reproches, brotes de delirio y momentos en los que piensa que seguro que todo tiene una explicación, van pasando las horas y nuestra protagonista sigue pegada al papel y a la pluma para dar parte a su amante de las locuras que esta situación le ha obligado a hacer. Y es que cuando los momentos lúcidos la abandonan, la pobre se deja llevar por sus arrebatos de celos y… digamos que todo le lleva a la deshonra. Copio una frase de la sinopsis de la novela que me ha encantado: “la narradora pasa por todas las etapas del calvario”. Tal cual. LEER MÁS
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