En noviembre de 1876, Fiódor Dostoievski, que ya era un maestro en el lenguaje de la psicología de la soledad, publicaba, convertido en revista, el Diario de un escritor ; una publicación que trataba temas políticos, literarios y, en alguna edición, introducía algún relato. Data de esta época la novela La dulce, un «relato fantástico» como dice su autor en la nota introductoria. El sentido de culpa queda reflejado sólo al empezar. Pide perdón a los lectores por publicar este relato en lugar del Diario en su forma habitual. Dostoievski conocía a fondo las inmensas lagunas que ahogan el corazón humano. El lastimoso personaje, sin nombre, que intenta aclarar sus ideas, ordenarlas, ante el cadáver de su esposa relata, a modo de monólogo, su desgraciada vida matrimonial, sin ninguna brizna de felicidad. Muestra, con un goce exhibicionista, su patética forma de amar a su esposa. Todo el relato parece ser la justificación, ante sí mismo ante el hipotético lector, de su f...