"Humanidad y humor", artículo en El País sobre Ruben Loza autor de "Muerte en Café Gijón"
Ediciones De La Plaza edita La tarde queda, diez cuentos y una novela de Ruben Loza Aguerrebere, columnista de la casa.
O tal vez, sí. Porque luego de leer el manuscrito del que hoy es su
último libro, La tarde queda (Ediciones De La Plaza, 144 páginas, $
270), el recientemente fallecido autor luso-italiano Antonio Tabucchi le
escribió, en un castellano muy particular: "Caro Rubén, perdona el
atraso de mi respuesta. La justificación: todo el invierno con gripe por
culpa de mi bufanda olvidada como no se la debe olvidar un hombre de mi
edad, y además gripe sin Sylvie y sin París. ¡Qué melancolía! Tu libro
me ha gustado muchísimo. El lleno de humanidad y de humor, me ha tenido
muy buena compañía. Gracias sinceras e un abraccio amico, Antonio
Tabucchi. PS. Te envío una tarjeta con una bufanda encantadora (y la
chica también)".
Esta misiva, ubicada estratégicamente en el prólogo, a su vez escrito por Carlos Alberto Montaner, es más que un elogio: es también un inteligente párrafo que mezcla todos los relatos que Loza Aguerrebere plasmó en La tarde... En realidad, se trata de una novela -la que le da nombre al texto- y otros diez cuentos. En ellos, el escritor muestra su dominio de la narrativa y de la crónica, de lo humorístico y lo costumbrista, de lo humano y de lo biográfico. Es que muchas de las páginas se han basado en el periplo vital del autor, en cuya vasta bibliografía se destacan obras como Muerte en el Café Gijón, Los libros ajenos o Solo de violín.
Así, un lector puede sentir la tensión de los códigos particulares de la campaña de fines del siglo XIX, con el proceder de un matrero conocido como "El Clinudo"; así, uno se puede asombrar con el devenir de F., una prostituta con inclinaciones literarias y un firme deseo de progresar. De la misma manera, quien recorre sus páginas acaba dándole la razón al veredicto de Vargas Llosa.
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Esta misiva, ubicada estratégicamente en el prólogo, a su vez escrito por Carlos Alberto Montaner, es más que un elogio: es también un inteligente párrafo que mezcla todos los relatos que Loza Aguerrebere plasmó en La tarde... En realidad, se trata de una novela -la que le da nombre al texto- y otros diez cuentos. En ellos, el escritor muestra su dominio de la narrativa y de la crónica, de lo humorístico y lo costumbrista, de lo humano y de lo biográfico. Es que muchas de las páginas se han basado en el periplo vital del autor, en cuya vasta bibliografía se destacan obras como Muerte en el Café Gijón, Los libros ajenos o Solo de violín.
Así, un lector puede sentir la tensión de los códigos particulares de la campaña de fines del siglo XIX, con el proceder de un matrero conocido como "El Clinudo"; así, uno se puede asombrar con el devenir de F., una prostituta con inclinaciones literarias y un firme deseo de progresar. De la misma manera, quien recorre sus páginas acaba dándole la razón al veredicto de Vargas Llosa.
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