“Escarabajo Hitler” Ned Beauman. Blog melibro
Kevin Broom, Fishy para los amigos, es un gusano. No el sentido literal de oruga que después se transforma en una mariposa. Él es un coleccionista. Durante el día está especializado en adquirir objetos de los Aliados de la II Guerra Mundial,
de la Guerra de Crimea y de Vietnam. Se gana la vida con eso y además
disfruta con su trabajo. Sin embargo, por las noches, posee una afición
oculta. Colecciona objetos que pertenecieron a los nazis:
cruces gamadas, dagas, libros. Su situación económica no es lo
suficientemente boyante, de modo que tiene que conformarse con objetos y
pertenencias de segunda fila. Lo más chocante de todo es que a Broom
jamás le gustaron los nazis. Aun así, se siente fascinado cuando una
pitillera de Ilsa Koch o una pistola que perteneció a algún soldado de la SS
está entre sus manos. Quien sí puede permitirse esos lujos es Horace
Grublock, un promotor inmobiliario londinense, para el que en ocasiones
trabaja Fishy. Sus problemas comienzan cuando en la casa de un detective
que ha sido asesinado encuentra una carta original de Hitler dirigida al doctor Erskine, un reputado entomólogo inglés que estudiaba al Anophthalmus hitleri, una raza superior de escarabajos.
La historia intercala saltos en el tiempo: del Londres actual al año 1934. En esa época existe un boxeador judío de 16 años y de apenas un metro y cincuenta centímetros llamado Seth Sinner Roach, que se ha convertido en una celebridad. Contabiliza sus combates por victorias. A pesar de ser bajito, resulta peleón y atrae la atención de Philip Erskine, fascinado por su fisionomía y su gran fuerza y habilidad. En este sentido, Erskine siempre ha estudiado a los insectos. Con todo, ahora desea centrar su objeto de estudio en Seth. Así, le recuerda al prototipo de niño alemán que Hitler tanto anhelaba: ágil y esbelto, veloz como un galgo, resistente como el cuero y duro como el acero. Y lo más curioso de todo es que todas esas virtudes se concentran en un judío bajito y homosexual.
La novela Escarabajo Hitler de Ned Beauman desprende ironía y humor a partes iguales. Es hilarante la idea de mejorar la raza con semejantes especímenes. Pero la naturaleza es un territorio inescrutable y fascinante que, en ocasiones, depara sorpresas. Solo así se explica que una rubia con medidas de vértigo termine liada con un enano enclenque con cara de sapo y verrugas. Escarabajo Hitler se mofa de la aplicación de las leyes genéticas para mejorar la especie. En realidad aborda un tema espinoso, pero en manos de Beauman el relato se convierte en una sátira que se burla de la superioridad aria (como en aquella cinta que inmortalizó a Chaplin en El Gran dictador) y de los prejuicios existentes entre los pueblos. Pese a ello, hay en las páginas un trasfondo que invita a la reflexión y a una lectura más profunda. Dice uno de los personajes: un hombre necesita luz igual que pan, pero un hombre necesita también un poco de oscuridad, aunque solo sea para poder dormir y poder soñar. Escarabajo Hitler es una parodia hacia la desevolución, hacia lo absurdo de una época. Escarabajo Hitler, una novela entretenida, fascinante, casi inhumana y genéticamente divertida.
La historia intercala saltos en el tiempo: del Londres actual al año 1934. En esa época existe un boxeador judío de 16 años y de apenas un metro y cincuenta centímetros llamado Seth Sinner Roach, que se ha convertido en una celebridad. Contabiliza sus combates por victorias. A pesar de ser bajito, resulta peleón y atrae la atención de Philip Erskine, fascinado por su fisionomía y su gran fuerza y habilidad. En este sentido, Erskine siempre ha estudiado a los insectos. Con todo, ahora desea centrar su objeto de estudio en Seth. Así, le recuerda al prototipo de niño alemán que Hitler tanto anhelaba: ágil y esbelto, veloz como un galgo, resistente como el cuero y duro como el acero. Y lo más curioso de todo es que todas esas virtudes se concentran en un judío bajito y homosexual.
La novela Escarabajo Hitler de Ned Beauman desprende ironía y humor a partes iguales. Es hilarante la idea de mejorar la raza con semejantes especímenes. Pero la naturaleza es un territorio inescrutable y fascinante que, en ocasiones, depara sorpresas. Solo así se explica que una rubia con medidas de vértigo termine liada con un enano enclenque con cara de sapo y verrugas. Escarabajo Hitler se mofa de la aplicación de las leyes genéticas para mejorar la especie. En realidad aborda un tema espinoso, pero en manos de Beauman el relato se convierte en una sátira que se burla de la superioridad aria (como en aquella cinta que inmortalizó a Chaplin en El Gran dictador) y de los prejuicios existentes entre los pueblos. Pese a ello, hay en las páginas un trasfondo que invita a la reflexión y a una lectura más profunda. Dice uno de los personajes: un hombre necesita luz igual que pan, pero un hombre necesita también un poco de oscuridad, aunque solo sea para poder dormir y poder soñar. Escarabajo Hitler es una parodia hacia la desevolución, hacia lo absurdo de una época. Escarabajo Hitler, una novela entretenida, fascinante, casi inhumana y genéticamente divertida.
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