Un lector del Diario de Menorca habla de "alehop", de José Antonio Fortuny
“Alehop”, un libro fascinante
Acabo de leer “Alehop”, la última novela escrita por José Antonio Fortuny. Quiero expresar hacia él toda mi admiración y compartir con los lectores el entusiasmo y la conmoción que me dan ese tipo de lecturas.Si “Diálogos con Axel” me hizo llorar y reír a la vez (como ocurre cuando te encuentras con todo lo que nos pasa en la vida, aunque mejor dicho y mejor analizado), “Alehop” me ha dejado fascinado. En esta farsa (cuya emoción va en aumento como un crescendo de Rossini) lo idílico se vuelve pesadilla, los derechos son bromas, la sensibilidad y el respeto una alfombra para pisar.Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien leyendo un libro. Otra vez he encontrado aquí todo tipo de emociones. Tengo la impresión de que el autor conoce bien esta zarabanda de ánimos desde la inmovilidad de su cuerpo, donde más pesa la hipocresía y el desinterés; yo la conozco igualmente bien por practicarla o sufrirla a diario, así como creo que le pasa a la gran parte del mundo. Esto es lo que aprecio: una escritura cautivante y un sentido universal. Gracias por recordarnos como acabaremos todos, si por miedo o egoísmo nos resignamos a dejar que la pobreza intelectual sea el estilo de nuestra época.
Claudio Martín Poloni
Sant Lluís
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Acabo de leer “Alehop”, la última novela escrita por José Antonio Fortuny. Quiero expresar hacia él toda mi admiración y compartir con los lectores el entusiasmo y la conmoción que me dan ese tipo de lecturas.Si “Diálogos con Axel” me hizo llorar y reír a la vez (como ocurre cuando te encuentras con todo lo que nos pasa en la vida, aunque mejor dicho y mejor analizado), “Alehop” me ha dejado fascinado. En esta farsa (cuya emoción va en aumento como un crescendo de Rossini) lo idílico se vuelve pesadilla, los derechos son bromas, la sensibilidad y el respeto una alfombra para pisar.Hacía tiempo que no me lo pasaba tan bien leyendo un libro. Otra vez he encontrado aquí todo tipo de emociones. Tengo la impresión de que el autor conoce bien esta zarabanda de ánimos desde la inmovilidad de su cuerpo, donde más pesa la hipocresía y el desinterés; yo la conozco igualmente bien por practicarla o sufrirla a diario, así como creo que le pasa a la gran parte del mundo. Esto es lo que aprecio: una escritura cautivante y un sentido universal. Gracias por recordarnos como acabaremos todos, si por miedo o egoísmo nos resignamos a dejar que la pobreza intelectual sea el estilo de nuestra época.
Claudio Martín Poloni
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