El blog Walking Around dedica esta preciosa reseña a "Alehop", de José Antonio Fortuny
José Antonio Fortuny: Alehop
Permitidme que para empezar la reseña de esta estupenda novela cite las palabras de Max Estrella, protagonista de Luces de bohemia, de Valle-Inclán, en la escena duodécima:
“MAX:
Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el
Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con
una estética sistemáticamente deformada.
DON LATINO: ¡Miau! ¡Te estás contagiando!
MAX: España es una deformación grotesca de la civilización europea.”
Donde dice héroes clásicos, pongamos valores de la actual sociedad española. Y eso es exactamente lo que nos brinda Alehop -publicada
por la editorial Funambulista-, del escritor menorquín José Antonio
Fortuny (Mahón, 1972), autor de una primera obra titulada Diálogos con Axel
(2003). Hacer reír suele ser muchísimo más difícil y meritorio que
hacer llorar, especialmente si la carcajada brota de una situación tan
triste y negra que sería para llorar. Pasé ratos divertidísimos,
tronchándome de risa en el sofá. Provocar la risa y la capacidad de
sorprender son cualidades inestimables en un escritor. Me leí la novela
casi de un tirón. Digo casi, porque tenía un montón de exámenes por
corregir y no era cosa de dejar a mis alumnos sin las notas.
En
un pueblo cuyo nombre no se menciona vive una pareja de ancianos
necesitados de ayuda debido a la enfermedad de la mujer. Un buen día
llega un circo. Este acontecimiento tan especial y fuera de lo común
causa gran revuelo y expectación, lo que es aprovechado por la autoridad
de turno, con el asentimiento del líder de la oposición, para tener
entretenido al personal y que así parezca que se hacen grandes cosas en
beneficio de la gente. El acuerdo entre el alcalde y el mánager del
circo para potenciar la asistencia del público al espectáculo se ve
alterado por la peripecia del anciano y su mujer, que requiere ayuda
diaria para levantarse de la cama y nadie se la proporciona. El caso es
que todos escurren el bulto ante la petición de asistencia del anciano y
se van pasando la pelota hasta que el asunto se complica hasta límites
insospechados para todos. El desenlace es sorprendente, digno de una
trama argumental bien trabada y que atrapa al lector en todo momento.
Los
personajes principales de la novela son designados con el nombre común:
el anciano, la mujer, el alcalde, el líder de la oposición, el mánager.
En cambio algunos personajes secundarios tienen nombre propio, quizá
porque lo relevante es que mediante el nombre común se generalizan los
tipos y situaciones, adquiriendo una dimensión que supera la mera
anécdota argumental para hacerse extensiva a la sociedad española actual
que aparece así satirizada sin perdón.
Alehop
es un desfile de personajes y situaciones perfectamente reconocibles
por parte de cualquier lector: los políticos superficiales, interesados y
oportunistas, atentos a lo políticamente correcto, a no ser menos ni
hacer menos que el vecino, para que luego sus electores no digan y les
castiguen en las urnas, aunque sus hechos entren en la categoría del
despropósito a precio astronómico a cargo de los contribuyentes; el
mánager del circo, buen conocedor de la elemental y previsible
psicología de los políticos, sabe tocar la tecla adecuada para lograr
sus fines: la vanidad y el ansia de lucimiento; el presidente del club
de ancianos, apodado YoYó, que encarna a quienes ocupan cargos
directivos, siempre complacientes y en connivencia con quienes están en
el poder, para figurar y darse tono o alimentar su fútil ego con
palabrería hueca; las asociaciones que aparentemente sirven a la
sociedad y solo sirven para el sarao o el espectáculo…
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