Reseña sobre "La locura", de Narcís Oller
La locura – Narcís Oller
Posted: 07 Jun 2012 02:10 PM PDT
Motivo de
escarnio, marginación o sufrimiento según su grado y sus
manifestaciones, la demencia es, sobre todo, un estigma para el que la
padece y una pesada carga para los que le rodean, y también el tema de
este clásico de la literatura catalana moderna, publicado en 1898 y cuyo
autor, reconocido por Clarín, Pereda o Galdós, pasa por ser uno de los
máximos representantes de la novela realista, naturalista y finalmente
modernista en Cataluña.
Narcís Oller (Valls, Tarragona, 1846 – Barcelona, 1930), nos propone la historia del desventurado Daniel Serrallonga, personaje basado en un cliente real de su despacho de abogados, y que iremos conociendo de forma indirecta a través de un narrador innominado y su descarado amigo Armengol, y al que un tercer personaje, Pròsper Giberga, científico racionalista, augura problemas mentales a partir de sus antecedentes familiares y sus trastornos de carácter. Y es que el inestable padre de Daniel, agobiado por sus dos hijas, enana epiléptica una, intrigante y vanidosa la otra, y por la tarea de liberar a su hijo de la prisión donde le llevó su ardor liberal, acabará suicidándose.
Por su parte Daniel da pronto muestras de tendencias obsesivas y coléricas: ferviente admirador de Prim, posee una amplia colección de retratos y representaciones de acciones heroicas del general al que idolatra, y al que apoyará incondicionalmente como diputado en Madrid. Pero sus desordenados deseos de venganza tras la muerte del general, le hacen presa fácil de los desaprensivos y de su propio e inflamable carácter.
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Narcís Oller (Valls, Tarragona, 1846 – Barcelona, 1930), nos propone la historia del desventurado Daniel Serrallonga, personaje basado en un cliente real de su despacho de abogados, y que iremos conociendo de forma indirecta a través de un narrador innominado y su descarado amigo Armengol, y al que un tercer personaje, Pròsper Giberga, científico racionalista, augura problemas mentales a partir de sus antecedentes familiares y sus trastornos de carácter. Y es que el inestable padre de Daniel, agobiado por sus dos hijas, enana epiléptica una, intrigante y vanidosa la otra, y por la tarea de liberar a su hijo de la prisión donde le llevó su ardor liberal, acabará suicidándose.
Por su parte Daniel da pronto muestras de tendencias obsesivas y coléricas: ferviente admirador de Prim, posee una amplia colección de retratos y representaciones de acciones heroicas del general al que idolatra, y al que apoyará incondicionalmente como diputado en Madrid. Pero sus desordenados deseos de venganza tras la muerte del general, le hacen presa fácil de los desaprensivos y de su propio e inflamable carácter.
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