“Cartas de amor” de Mark Twain en Melibro.com
Gracias a su novela Las aventuras de Huckleberry Finn, Mark Twain está considerado, junto a Herman Melville, como el precursor de la llamada Gran Novela Norteamericana.
Este apelativo, por cierto, bien merecido, hace que nuestras
expectativas se eleven hasta lo indecible antes de enfrentarnos a uno de
sus libros.
En este caso, nada cambia, empezamos la lectura a la espera de que lleguen las sonrisas que siempre consigue despertar el estilo satírico del autor y nos sorprendemos al encontrar, no solo al Mark Twain que estábamos esperando, sino también, y sobre todo, a Samuel Langhorne Clemens, verdadero nombre del escritor.
La editorial Funambulista nos brinda la oportunidad de acercarnos a la vida de Samuel L. Clemens, publicando este recopilatorio de las cartas que el escritor envió a Livy, su esposa, desde que la conoció en 1867 hasta la muerte de ella en 1904.
La lectura de este epistolario nos acerca al escritor de una forma que, a decir verdad, me resulta un poco difícil de definir, ya que a través de sus cartas adivinamos los entresijos de su historia de amor, de sus viajes, de su trabajo como orador, y su constante inquietud por el bienestar general del ser humano, pero de una forma sutil, ya que solo conocemos la mitad de la correspondencia, tenemos lo que escribió (obviamente no todo, solo una selección), pero no lo que leyó, nos falta la mitad de la historia de amor y las réplicas de sus amigos. Pero no importa, Twain hace magia con las letras y sabe engatusarnos con su parte.
Descubrimos al hombre que, aunque por encima de todo es escritor, y eso queda patente en el estilo y la clase de sus cartas, por informarles que sean, se desnuda ante la mujer que ama y escribe de corazón y no de cabeza. Es curioso detenerse en las correcciones que él mismo hizo sobre sus misivas y leer de carrerilla aquellas que han sido enviadas sin repasar (confesado por el autor en alguna post data).
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En este caso, nada cambia, empezamos la lectura a la espera de que lleguen las sonrisas que siempre consigue despertar el estilo satírico del autor y nos sorprendemos al encontrar, no solo al Mark Twain que estábamos esperando, sino también, y sobre todo, a Samuel Langhorne Clemens, verdadero nombre del escritor.
La editorial Funambulista nos brinda la oportunidad de acercarnos a la vida de Samuel L. Clemens, publicando este recopilatorio de las cartas que el escritor envió a Livy, su esposa, desde que la conoció en 1867 hasta la muerte de ella en 1904.
La lectura de este epistolario nos acerca al escritor de una forma que, a decir verdad, me resulta un poco difícil de definir, ya que a través de sus cartas adivinamos los entresijos de su historia de amor, de sus viajes, de su trabajo como orador, y su constante inquietud por el bienestar general del ser humano, pero de una forma sutil, ya que solo conocemos la mitad de la correspondencia, tenemos lo que escribió (obviamente no todo, solo una selección), pero no lo que leyó, nos falta la mitad de la historia de amor y las réplicas de sus amigos. Pero no importa, Twain hace magia con las letras y sabe engatusarnos con su parte.
Descubrimos al hombre que, aunque por encima de todo es escritor, y eso queda patente en el estilo y la clase de sus cartas, por informarles que sean, se desnuda ante la mujer que ama y escribe de corazón y no de cabeza. Es curioso detenerse en las correcciones que él mismo hizo sobre sus misivas y leer de carrerilla aquellas que han sido enviadas sin repasar (confesado por el autor en alguna post data).
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