La señorita Julie, de August Strindberg. Blog Caminando entre libros

La señorita Julie, de August Strindberg

La señorita Julie
August Strindberg
ISBN: 978-84-940293-5-6
Formato: Rústica con solapas– 128 Págs
Editorial: Funambulista

Argumento
La señorita Julie narra los sucesos trágicos de la noche de San Juan de 1874, en la que la noble dama intenta saltar las rígidas costumbres sociales y decide pasar a la fiesta de los sirvientes. Allí seduce a Juan, desencadenando una serie de consecuencias dramáticas al ver mancillado su honor por relacionarse con un hombre de clase baja.
Mi opinión
Cuando recibí las novedades de Funambulista, me sorprendí de que editaran teatro ya que en mi corta andadura con ellos no lo se lo había visto nunca. Hacía mucho que no lo leía, seguramente desde el instituto, pero antes yo era muy aficionada y me gustaban mucho los autores nórdicos. Casa de muñecas, de Ibsen, es uno de mis preferidos y lo he releído muchas veces. Ese fue uno de los motivos para que me decidiera.
La obra fue escrita en 1888, así que uno se puede hacer una idea clara de lo que se va a encontrar en lo referente a sociedad y cultura, a pesar de estar ambientado en Suecia. Realmente: nos encontramos con las mismas rígidas costumbres que en el resto de Europa, donde la mujer debe conservar su honor y las clases sociales son casi inamovibles desde la cuna.
A pesar de ser un escrito muy corto en un solo acto, cuenta unicamente con 3 personajes, lo que permite que se desarrolle mucho más en profundidad la psicología de los mismos, ya que es una obra de costumbres, necesidades, culpa y consecuencias. Como escenario tenemos la cocina, donde, como en casi todas las casas, tiene lugar las conversaciones más trascendentales.
La señorita Julie es la que da nombre a la obra, hija única de un conde, muy espontanea y desenfadada. Podríamos decir que está fuera de su tiempo: no encuentra anda extraño en meterse en las fiestas de sus criados, relacionarse con hombres como quien no quiere la cosa y hablar sin tapujos. No en vano, nos confiesa en un punto dado, que su madre la educó como si fuera un hombre.
Jean y Kristin son sirvientes suyos: el es asistente del conde y ella la cocinera. Ella es muy religiosa y sigue las costumbres a rajatabla, mientras que él tiene la esperanza de progresar en la vida y elevarse de clase social. Y para ello está dispuesto a utilizar a quien sea que le ayude a tal fin. Sin embargo, muy dentro de él se encuentra el condicionante de El conde.

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