El mejor modelo para nuestros emails (Análisis Digital)
¿Qué puede haber mejor que un genio de la literatura universal? Está claro, dos genios de la misma. Así en Correspondencia,
de Chejov y Gorki, más bien habría que decir entre ambos –Editorial
Funambulista- encontramos la fragua de dos de los más célebres
escritores rusos, con permiso, claro está, de Dostoievski y de Tolstoi.
Además de los dos escritores, hay otro autor, Rubén Pujante Corbalán,
que se ha encargado de la traducción y de un postfacio, que recomiendo
leer a modo de introducción, ya que puede aportar algunas claves
bastante aprovechables en el transcurso de la lectura. Creo que merece
la pena, si me admiten el consejo.
En nuestro día a día de correos electrónicos precipitados, y a veces, con errores a pesar de los correctores, es un placer leer la correspondencia clara, concisa y correcta, casi periodística, diría yo, de estos dos grandes nombres de las letras rusas.
Evidentemente, animar a nuestros lectores a que tomen como modelo estos escritos a la hora de redactar sus correos electrónicos es uno de los mejores consejos que se pueden dar en este arranque de año.
Hay fórmulas anacrónicas, qué duda cabe. Hoy en día escribir al pie de la letra igual que ellos sería ridículo. Lo que no se debe perder de vista es la forma de plasmar las ideas, la sinceridad y honestidad de lo que se escribe, y en definitiva, el profundo cariño entre dos amigos. Así, decir “estrecho a usted fuertemente la mano”, aunque hoy esté en desuso, se me antoja una fórmula que sería muy bonito recuperar.
Aquí veremos que no sólo nosotros sufrimos inseguridades respecto a nuestro trabajo. Ellos necesitaron del apoyo y el incentivo del otro para sus grandes creaciones.
Pero lo que más sorprende es la intimidad que surge entre las dos grandes figuras. El deseo por conocerse personalmente cuando sólo habían cruzado unas cartas. El ansia por animar al otro a que siga adelante con sus escritos. En definitiva, la ilusión de una amistad que se inicia por ese método que hoy replicamos en chats y redes sociales de conocer a la gente sin contactar personalmente con quien cruzamos las cartas.
Formalmente, la editorial Funambulista vuelve a legarnos una edición exquisita que hará las delicias de los paladares más delicados. Perfectamente manejable por el tamaño, podremos llevarla en el transporte público para luego dejarla como una de las joyas de nuestra biblioteca.
LEER EN ANÁLISIS DIGITAL
En nuestro día a día de correos electrónicos precipitados, y a veces, con errores a pesar de los correctores, es un placer leer la correspondencia clara, concisa y correcta, casi periodística, diría yo, de estos dos grandes nombres de las letras rusas.
Evidentemente, animar a nuestros lectores a que tomen como modelo estos escritos a la hora de redactar sus correos electrónicos es uno de los mejores consejos que se pueden dar en este arranque de año.
Hay fórmulas anacrónicas, qué duda cabe. Hoy en día escribir al pie de la letra igual que ellos sería ridículo. Lo que no se debe perder de vista es la forma de plasmar las ideas, la sinceridad y honestidad de lo que se escribe, y en definitiva, el profundo cariño entre dos amigos. Así, decir “estrecho a usted fuertemente la mano”, aunque hoy esté en desuso, se me antoja una fórmula que sería muy bonito recuperar.
Aquí veremos que no sólo nosotros sufrimos inseguridades respecto a nuestro trabajo. Ellos necesitaron del apoyo y el incentivo del otro para sus grandes creaciones.
Pero lo que más sorprende es la intimidad que surge entre las dos grandes figuras. El deseo por conocerse personalmente cuando sólo habían cruzado unas cartas. El ansia por animar al otro a que siga adelante con sus escritos. En definitiva, la ilusión de una amistad que se inicia por ese método que hoy replicamos en chats y redes sociales de conocer a la gente sin contactar personalmente con quien cruzamos las cartas.
Formalmente, la editorial Funambulista vuelve a legarnos una edición exquisita que hará las delicias de los paladares más delicados. Perfectamente manejable por el tamaño, podremos llevarla en el transporte público para luego dejarla como una de las joyas de nuestra biblioteca.
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