"El alma se extingue" en el blog de Isi
Antes de empezarla, tenía una idea muy equivocada de lo que iba a ser esta novela. Me explico: pensé que me encontraría con un comentario autobiográfico de cuatrocientas y pico páginas de lo que supone emigrar del propio país, perdiendo tus raíces y a tu familia, etc. Y es que uno lee el argumento y es lo que parece que te vas a encontrar si conoces un poco de la biografía de Lajos Zilahy. Pero ya empezado el libro, y encontrándome con algo total y muy satisfactoriamente diferente a lo que esperaba, indagué un poco más y descubrí que el autor escribió esta novela 15 años antes de que él mismo emigrara a Estados Unidos, como si fuera una especie de premonición acerca de su propia vida…
El protagonista es János Pakri, un joven que nos cuenta desde Honolulú cómo llegó a parar al punto terrestre más alejado de su país y de los motivos que tuvo para hacerlo, hace ya 10 años. Vivía en Hungría con sus padres y su hermana mayor, no con muchos lujos pero sin tener que privarse de nada tampoco. Contando él con 19 años su padre muere y vienen las deudas, la pobreza y la necesidad de interrumpir sus estudios de Derecho para buscar un empleo que no llega nunca. Desesperado, János decide emprender un viaje a Estados Unidos con el poco dinero ahorrado que le queda, con la esperanza de encontrar trabajo allí y prosperar para poder mantener a su madre y a su hermana, aunque sea desde la distancia.
El viaje es larguísimo, y puede darse por satisfecho de haber hecho ciertas amistades en el tren que cruza Europa, porque se presenta en Nueva York sin saber inglés y sin conocer a nadie. Sus comienzos no son sencillos; encuentra un trabajo para ir tirando, pero János aspira a mucho más en el Nuevo Mundo y las cosas no le resultarán fáciles. Se encuentra muchas veces a punto de volver a casa, casi mendigando y sin dinero cuando, de repente, la suerte le sonríe y piensa que lo seguirá intentando por si es la señal que estaba esperando de que ahora las cosas le irán bien.. Lo que les pasa a los jugadores: que lo van perdiendo todo hasta que remontan un poquitín y no pueden, entonces, dejar de jugar… LEER MÁS
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