Al hilo de la noche en Club del Lector
La editorial Funambulista presenta una novedad editorial de singular atractivo e interés, la novela "Al hilo de la noche" (1933) del gran escritor alemán Friedo Lampe (1899-1945) cuya historia personal podría constituir por sí misma la trama de una obra literaria fascinante y trágica, donde el infortunio se convierte, para nuestro estupor y tristeza, en indiscutible personaje protagonista. En efecto, Friedo Lampe nació en Bremen en el seno de una familia acomodada, propietaria de una editorial, que pudo hacer frente a los estragos económicos causados por la Primera Guerra Mundial en Alemania y proporcionar al joven Friedo –que a los cinco años enfermó de una tuberculosis que le dejó secuelas de por vida, pero que le evitó ser reclutado en el ejército alemán– una esmerada educación centrada en la filosofía , la historia y la filología, en diversas universidades alemanas, como Friburgo y Heidelberg, asistiendo a las clases de prestigiosos filósofos alemanes como Husserl y Jaspers. De este modo, Lampe se convirtió en editor, bibliotecario y filólogo y trabajó durante la época de la Republica de Weimar, primero en el negocio familiar y posteriormente en una librería en Hamburgo, escribiendo para distintas editoriales y revistas literarias, a la par que redactaba su primera y excepcional novela que comentamos, la sensacional "AL HILO DE LA NOCHE”" (título acuñado por el traductor Miguel Ángel Álvarez, pues el original sería "Al filo" de la noche") una auténtica joya del llamado "realismo mágico alemán". Sin embargo, desafortunadamente, esta formidable novela se publicó en Alemania en un pésimo momento social y político (finales de 1933), pues el advenimiento del nazismo –cuando el 30 de enero de ese año Adolf Hitler se convirtió en Canciller del Reich– supuso la persecución de muchos escritores, intelectuales y artistas tanto judíos como no judíos –incluyendo pensadores y autores vanguardistas, socialistas, comunistas, liberales–, etc., pero que no estaban ni afiliados al Partido Nazi ni comulgaban con su ideología, de forma que tales autores tuvieron que pasar a la clandestinidad o al exilio, fueron detenidos o deportados a campos de concentración y en la práctica totalidad de los casos su obra fue censurada o prohibida. Lampe, sin filiación política alguna, pero homosexual –por tanto, en peligro– y muy crítico con el nazismo, vio incluida su novela en la lista negra de obras censuradas por anti-alemana y contraria a los supuestos valores que los ideólogos del III Reich sostenían (quizá fue censurada por sus referencias, muy tibias y nada groseras, a la homosexualidad de uno de los personajes y a un romance entre un hombre negro y una mujer alemana) y en consecuencia dejó de publicar por algún tiempo, en concreto, hasta septiembre de 1937,momento en el que se publicó su segunda novela "Tormenta de Septiembre" mientras trabajaba en la editorial Rotwol de Berlin hasta 1939. A partir de ese instante y durante toda la Segunda Guerra Mundial, Friedo Lampe vivió en Berlín discretamente una existencia anodina, sin ocultarse, pero sin intentar tampoco escapar a Suiza, Suecia, u otro país neutral, permaneciendo apegado al disfrute que le proporcionaba su gigantesca y formidable biblioteca, que, desgraciadamente fue destruida por completo en un bombardeo aliado en 1943, en el colmo del infortunio y la desgracia. Sorprendentemente, Lampe, al parecer jamás se planteó siquiera la posibilidad de abandonar Alemania, desconociéndose los motivos exactos de tan extraña y arriesgada decisión, dadas sus circunstancias personales. En 1944, se sabe que residió en el campo, junto a una escritora amiga, Ilse Molzahn, huyendo de los bombardeos que asolaban la capital alemana, en los días quizá más felices de su vida, escribiendo algunos cuentos que tampoco llegó a ver publicados, porque otro bombardeo destruyó los manuscritos originales, de los que el escritor no hizo copia. Finalmente, Lampe fue obligado a trabajar en el Ministerio de Propaganda del Reich y el 2 de mayo de 1945 cuando ya la guerra estaba a punto de terminar, algunos soldados del Ejército Rojo le confundieron con un desertor nazi y lo asesinaron sin contemplaciones en las cercanías de un bosque al sur de Berlín. Unos campesinos lo enterraron la misma tarde de ese infausto día, con la inscripción "Du bist nich eisam"( Tú no estás solo). Faltaban seís días para que terminara la Segunda Guerra Mundial en Europa.
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