"Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible" en Melibro
¡ El amor…! ¿Qué es el amor…? Un capricho, una fantasía, una sorpresa del corazón, tal vez de los sentidos; un encantamiento que se derrama sobre los ojos, fascinándolos, que se apega a los rasgos, a las formas, a la vestimenta incluso de un ser que sólo el azar nos lleva a encontrar. ¿Que no lo encontramos? Nada nos advierte de ello, nada nos turba…Seguimos viviendo, existiendo, buscando placeres, encontrándolos, proseguimos con nuestra carrera como si no nos faltara ¡nada…! El amor no es, pues, una condición inevitable de la vida, no es más que una circunstancia de ella, un desorden, una época…Pero, ¿qué estoy diciendo? ¡ Es una desgracia! Una crisis…una crisis terrible…que se pasa, y eso es todo. ( carta XXXVIII )
Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible
Constance de Salm
Editorial Funambulista. Colección Intempestivos
Traducción de Isabel Lacruz. Postfacio de Laura Freixas
Empecemos por el final, por el postfacio a cargo de Laura Freixas – autora de entre otras “Amor o lo que sea“, publicada por Destino, 2005 -. En éste, la escritora y periodista hace un breve e interesante análisis sobre la figura de Constance de Salm, su obra, sus intenciones y su época.
Constance Marie de Thais, nació en 1767, hija de un alto funcionario. Fruto de su segundo matrimonio, con Joseph Maria Franz Anton Hubert Ignaz, Príncipe de Salm, adquiriría el título de Princesa de Salm. Coetánea de Madame de Staël, y con bastantes puntos de unión con ésta: ” ambas hacen de la defensa de los derechos de las mujeres uno de los leitmotivs de su obra; especialmente, el derecho a la creación intelectual y artística.” ( pág 146 ). “Para ella, el acceso a la cultura es un derecho, cuyo ejercicio no necesita una especial dispensa en el caso de las mujeres” (pág 149 ). Tan recomendable es la obra que nos ocupa como su postfacio.
“Veinticuatro horas en la vida de una mujer sensible” – inevitable pensar en la obra de Stefan Zweig “Veinticuatro horas en la vida de una mujer“, de la que tomaría seguramente la idea – es una novela publicada en 1824, aunque la idea le rondaba a Constance de Salm desde hacía diez años. En palabras de la propia autora “me dediqué a esta novela con la que quería esbozar un cuadro o, mejor dicho, una especie de estudio sobre el corazón de una mujer” (pág 11 ).
Se trata de una serie de cartas de que protagonista, que no tiene nombre, escribe en el lapso de tiempo de un día, veinticuatro horas, exactamente 46 cartas, dirigidas al hombre al que ama. En ellas vemos todos los estados por los que una persona que ama a otra, y que se siente no correspondida, puede pasar: celos, rabia, dolor, tristeza, ganas de morirse… LEER MÁS
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