“Madera de Cela. Cartografía de un país llamado España” de Tomás García Yebra, en Todoliteratura
Camilo José Cela representa a
la perfección lo que es España, país capaz de lo mejor y lo peor al
mismo tiempo. La corrupción se da la mano a diario con la integridad.
Los hechos más elevados con los más rastreros, etc. En la vida de Cela
ocurrió lo mismo, capaz de ganar el Premio Nobel de Literatura, también
fue diestro en plagiar una novela que se hizo acreedora al Premio
Planeta.
Tomás García Yebra comienza su "Madera de Cela", continuación de “Desmontando a Cela” con una lección de periodismo. Cómo debería ser, según el autor, el periodismo de hoy en día y que ha degenerado en una profesión mercantilista dominada por profesionales de la política que están copando los medios de comunicación a sus anchas. “La gente que piensa por su cuenta supone un peligro para los partidos políticos”, dice en escritor madrileño en el libro y esta misma idea la podríamos ampliar a los medios de comunicación.
Camilo José Cela ganó con “La cruz de San Andrés” el Premio Planeta de 1994, meses después nos enteramos que su novela se basó en un manuscrito de una escritora gallega que se había presentado a dicho premio. La editorial hizo todo lo posible para que la demanda quedase en agua de borrajas, pero los hechos son tenaces y García Yebra demostró todos los puntos de coincidencia entre ambas obras. Según el autor, la estrategia de la demanda fue equivocada, en realidad no era un plagio sino una apropiación indebida.
Todas estas cuestiones sentaron muy mal en la editorial y Tomás García Yebra tuvo que sufrir ataques por todos los lados. En la actualidad, sigue habiendo muchos poderes fácticos en las grandes editoriales, que controlan no sólo el mundo de la edición, sino de la distribución y de la opinión. El autor, sabe muy bien esto y hastiado del mundo de la información, dejó su puesto de trabajo en una reconocida agencia de noticias para sumirse en el mundo de su librería y de la literatura.
El estilo literario de Tomás García Yebra es uno de los más depurados de nuestro panorama literario. Su estilo posee un fuerte componente periodístico, de frases cortas y precisas, no exentas de sutilizas y con un sentido del humor como pocos donde utiliza su literatura para darnos a conocer sus opiniones, en este caso sobre Cela. Al contrario que el ganador del Nobel, su lenguaje no es tan protagonista, es más lo que dice que cómo lo dice.
Pese a sus críticas, el autor siente por Camilo José Cela mucho respeto y admiración. Cree, y así lo escribe, que fue un gran escritor con tres o cuatro obras de primerísimo nivel: La familia de Pascual Duarte y Viaje a la Alcarría, son obras en extremo depuradísimas y acertadísimas. Obras que merecen estar en el Olimpo de la literatura y que, por desgracia, no continúo, más bien se emborrachó de su propio estilo, siendo éste el que se hiciese protagonista de su literatura.
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Tomás García Yebra comienza su "Madera de Cela", continuación de “Desmontando a Cela” con una lección de periodismo. Cómo debería ser, según el autor, el periodismo de hoy en día y que ha degenerado en una profesión mercantilista dominada por profesionales de la política que están copando los medios de comunicación a sus anchas. “La gente que piensa por su cuenta supone un peligro para los partidos políticos”, dice en escritor madrileño en el libro y esta misma idea la podríamos ampliar a los medios de comunicación.
Camilo José Cela ganó con “La cruz de San Andrés” el Premio Planeta de 1994, meses después nos enteramos que su novela se basó en un manuscrito de una escritora gallega que se había presentado a dicho premio. La editorial hizo todo lo posible para que la demanda quedase en agua de borrajas, pero los hechos son tenaces y García Yebra demostró todos los puntos de coincidencia entre ambas obras. Según el autor, la estrategia de la demanda fue equivocada, en realidad no era un plagio sino una apropiación indebida.
Todas estas cuestiones sentaron muy mal en la editorial y Tomás García Yebra tuvo que sufrir ataques por todos los lados. En la actualidad, sigue habiendo muchos poderes fácticos en las grandes editoriales, que controlan no sólo el mundo de la edición, sino de la distribución y de la opinión. El autor, sabe muy bien esto y hastiado del mundo de la información, dejó su puesto de trabajo en una reconocida agencia de noticias para sumirse en el mundo de su librería y de la literatura.
El estilo literario de Tomás García Yebra es uno de los más depurados de nuestro panorama literario. Su estilo posee un fuerte componente periodístico, de frases cortas y precisas, no exentas de sutilizas y con un sentido del humor como pocos donde utiliza su literatura para darnos a conocer sus opiniones, en este caso sobre Cela. Al contrario que el ganador del Nobel, su lenguaje no es tan protagonista, es más lo que dice que cómo lo dice.
Pese a sus críticas, el autor siente por Camilo José Cela mucho respeto y admiración. Cree, y así lo escribe, que fue un gran escritor con tres o cuatro obras de primerísimo nivel: La familia de Pascual Duarte y Viaje a la Alcarría, son obras en extremo depuradísimas y acertadísimas. Obras que merecen estar en el Olimpo de la literatura y que, por desgracia, no continúo, más bien se emborrachó de su propio estilo, siendo éste el que se hiciese protagonista de su literatura.
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