"Lectura para un tren de largo recorrido" en Análisis Digital

 Lo primero que llama la atención en el libro que hoy proponemos Lectura para un tren de largo recorrido, de Teresa Ruiz y Juan Ruiz Cantudo –Editorial Funambulista- es que se trata de un libro póstumo, comenzado por el padre y terminado por su hija al igual que ocurriera con Los Borgia, iniciada por Mario Puzo y finalizada por su asistente personal y compañera, Carol Gino, por un lado; mas el historiador Bertram Fields, por otro.  
En ambos casos se han salvado dos libros excelentes gracias al trabajo de personas de confianza.
Pero vamos con la historia o mejor dicho, las historias que se van entrelazando en este tren de largo recorrido que se convierte en el escenario clave donde se incluye al propio lector, apelado con palabras en segunda persona que crean un intimismo muy interesante. Avanzando la lectura nos damos cuenta de que ese lector al que se le escribe es uno de los personajes, pero uno se siente perfectamente aludido como si estuviera leyendo otro tipo de libro, por ejemplo, uno de autoayuda.
La variedad de personajes nos hace ver representadas a una gran cantidad de perfiles, como la secretaria ambiciosa que acaba liada con su jefe; el jefe explotador, que curiosamente se siente víctima también; el coronel veterano que tiene una última esperanza de ascender a general; su hijo, el teniente joven que piensa en el matrimonio; Alonso Quijano –evidente alusión intertextual- que pasados los siglos consigue conocer a Aldonza Lorenzo –seguimos en El Quijote- para casarse con ella; otra secretaria rival de la actual amante, que en su día también lo fue y sigue enamorada de su jefe; doña Petra, una madre de toda la vida; un sicario, que se ve envuelto en un trabajo horrible que desea dejar… Podríamos ir aumentando este “dramatis personae” pero no lo veo necesario.
Frente a un libro de relatos cortos, el sistema de Juan Ruiz Cantudo aporta la amenidad de ir conociendo a todos estos personajes poco a poco y de manera alterna. Esto aporta variedad y se hace ameno.
Demostrada ya la habilidad para crear personajes que nos apasionan y de los que queremos saber más y más, ahora llega otra aportación de la obra, una aportación reflexiva relativa a los sufrimientos y preocupaciones de todos ellos. Teresa Ruiz y su padre nos ponen delante de hechos y personas que posiblemente obran mal porque parece que por mucho que queramos avanzar, todavía queda mucho recorrido para que el bien gane la partida y el paraíso lo sepamos recuperar los humanos en la tierra.


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