"La fórmula preferida del profesor" es el libro de Japón por el blog 200 países, 200 libro
Siempre se me han dado de pena las matemáticas. Una de mis mejores
recuerdos de adolescencia fue cuando, a final de segundo de BUP (lo que
sería cuarto de ESO hoy en España, las siglas corresponden a
Bachillerato Unificado Polivalente), el profesor de matemáticas dijo “un
saludo a los de letras puras, esta va a ser vuestra última clase de
mates en toda vuestra vida. A los demás, os veo el año que viene para
conocer el fascinante mundo de las radicales”. A lo mejor mi memoria
falla y ya habíamos visto las radicales anteriormente y mencionó otra
cosa diferente, pero eso solo mostraría que si en algún momento de mi
vida aprendí de qué iba eso, lo he olvidado por completo.
No diré que La fórmula preferida del profesor, la novela seleccionada para Japón, me haya hecho replantearme todo aquello y esté pensando ahora en volver a estudiar para rodearme de fórmulas y números. No creo que ningún libro pueda conseguir semejante despropósito. Pero no miento si digo que, gracias a esta obra de Yōko Ogawa, me apetece aprender mucho más sobre la belleza intrínseca de las matemáticas.
La fórmula preferida del profesor cuenta la historia de una madre soltera -narradora del libro- que entra a trabajar como asistenta en casa de un anciano profesor de matemáticas muy peculiar: debido a un accidente de tráfico años atrás, su memoria solo dura ochenta minutos. Esto hace que viva rodeado de papelitos donde apunta lo que hace, lo que es, lo que quiere, lo que piensa, para poder acordarse en cualquier momento posterior a ochenta minutos más tarde. Desde el principio de la novela, Ogawa usa un registro directo y despojado de filigranas adjetivales pero al mismo tiempo cercano al melodrama.
LEER MÁS
No diré que La fórmula preferida del profesor, la novela seleccionada para Japón, me haya hecho replantearme todo aquello y esté pensando ahora en volver a estudiar para rodearme de fórmulas y números. No creo que ningún libro pueda conseguir semejante despropósito. Pero no miento si digo que, gracias a esta obra de Yōko Ogawa, me apetece aprender mucho más sobre la belleza intrínseca de las matemáticas.
La fórmula preferida del profesor cuenta la historia de una madre soltera -narradora del libro- que entra a trabajar como asistenta en casa de un anciano profesor de matemáticas muy peculiar: debido a un accidente de tráfico años atrás, su memoria solo dura ochenta minutos. Esto hace que viva rodeado de papelitos donde apunta lo que hace, lo que es, lo que quiere, lo que piensa, para poder acordarse en cualquier momento posterior a ochenta minutos más tarde. Desde el principio de la novela, Ogawa usa un registro directo y despojado de filigranas adjetivales pero al mismo tiempo cercano al melodrama.
LEER MÁS
Comentarios