El Libro del Desasosiego, de Fernando Pessoa, vuelve más vivo que nunca

La obra cumbre de Fernando Pessoa es el autoregalo de aniversario de la Editorial Funambulista

"Tal vez no sea el libro del siglo XX sino el del XXI o incluso el del XXII", dice Luis Morales, su reconstructor

Portada de 'El libro del desasosiego'. / Ed. Funambulista 

En estos tiempos de tanto libro de autoayuda, de crecimiento personal, de pensamiento positivo y de buenrrollismo fundamentalista, el Libro del desasosiego le asesta al lector bien intencionado que se atreva a asomarse a sus interioridades un certero puñetazo en la boca del estómago. Y lo hace desde el primer fragmento... "el corazón, si pudiera pensar, se pararía", y también: "considero la vida como una posada donde tengo que esperar hasta que llegue la diligencia del abismo. Para todos nosotros caerá la noche y llegará la diligencia"...
Fernando Pessoa (1888-1935) es un escritor convencido de su perdurabilidad, de que será hallado y redescubierto dentro de cien, doscientos o tal vez mil años. Un autor que solo alcanzó a publicar una sola obra en vida, pero que ahora surge en obras inéditas a lo largo y ancho del planeta. ¿Cómo es ello posible?
El portugués Pessoa es un investigador incansable del alma humana. En su búsqueda de la introspección de esa alma aprovecha todas las herramientas: filosofía, esoterismo, neurociencia y, por encima de todo, una gran literatura. Inventa hasta 72 heterónimos, de los que se vale para describir la vida, destripar sensaciones y sentimientos, desdoblando personalidades.
Allá donde se encuentre utiliza cuadernos, libretas, cuartillas sueltas y hasta las servilletas de los cafés para plasmar los hallazgos de su introspección. Pero, no los ordena. Los echa en un inmenso baúl de recuerdos, en el que unos pocos primero, otros muchos después, descubrirán la inmensidad de un pensador-escritor único.
El primer extranjero que se tropieza con la gigantesca obra de Pessoa es el poeta Ángel Crespo, que sacrificará su propia y prometedora carrera literaria personal tras acatar la superioridad de su maestro. Crespo realiza su propia organización de fragmentos y traduce la primera edición en castellano del Libro del desasosiego, casi medio siglo después de la muerte del escritor portugués. Convence a Mario Lacruz, director de Seix Barral, de la monumentalidad de Pessoa. Fue el punto de partida de un éxito mundial traducido a más de 50 lenguas.
Ahora, 30 años más tarde, Max Lacruz, hijo de Mario, conmemora la efemérides, a la vez que los primeros diez años de su Editorial Funambulista, con una antología personal y traducción realizadas por Luis Morales. Es, pues, en realidad otra obra distinta, una más de las que cada lector puede configurar del Libro del desasosiego.


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